Qué es
Los músculos están formados por muchas pequeñas fibras paralelas que se entrecruzan y que al deslizarse una sobre la otra producen el movimiento. El control del deslizamiento de estas fibras, por lo tanto de la contracción, lo realiza el nervio encargado de llevar la información de nuestro cerebro. La contractura o espasmo muscular se produce cuando se produce una contracción persistente e incontrolable de un musculo o grupos musculares.
Causas
Las causas por las que se produce una contractura muscular son múltiples y variadas. Aunque la podemos englobar diferentes grupos.
Síntomas
El síntoma o signo más frecuente es la incapacidad o dificultad para realizar los movimientos que se oponen al musculo contraído. Es muy frecuente que se acompañe de dolor en el musculo o grupo muscular en cuestión y este dolor suele aumentar al intentar movilizar la zona afectada en contraposición al musculo contraído.
Estas contracturas son especialmente frecuentes en la musculatura que rodea nuestra columna vertebral. Produciendo dolor lumbar (lumbago) y dolor en el cuello o dolor cervical. Esto es así ya que estos músculos se usan continuamente para mantener la posición erguida de la espalda y cuello; con cierta frecuencia y generalmente por motivos laborales, tomamos malas posturas o sometemos estos músculos a sobrecargas que favorecen la aparición de la contractura.
Las contracturas también pueden afectar a los músculos de nuestras extremidades, como es el clásico “calambre muscular” que se suele producir en situaciones de práctica deportiva intensa, esto suele deberse a una sobrecarga importante del musculo a veces agravada por un desequilibrio de los electrolitos producido por una sudoración profusa.
Tratamiento
Cuando aparece la contractura, el tratamiento de estas suele realizarse con movilizaciones que se oponen a la musculatura contracturada; alargando, de este modo, las fibras musculares y finalmente relajando el musculo. El calor local y los masajes también pueden contribuir a la relajación del musculo. Los relajantes musculares deben utilizarse solo bajo prescripción médica.
Las medidas encaminadas a la prevención de la aparición de las contracturas musculares deben tratar los problemas o situaciones que las favorezcan. En caso de existir una enfermedad de base, será el tratamiento de esta la que prevenga la contractura. Cuando las contracturas, que generalmente afectan a la musculatura de la espalda y cuello, es debida a malas posturas o sobrecargas musculares, el tratamiento ira encaminado a evitar precisamente estas: terapia postural, medidas rehabilitadores y fisioterapia.
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